PREMIO ATLANTIS AL MEJOR LIBRO DE RELATO BREVE
"Nombres de mujer" en EspacioUlises Reseña «Nombres de mujer» de Esther Chinarro Con este libro de relatos, Esther Chinarro, su autora, nos presenta su experimento, en forma de interesante “Juego de Personalidad y Sanación”, donde todos sus personajes tienen nombre de mujer y, entiendo que de manera aleatoria, son mujeres. Antes de comenzar a jugar, Esther pone sobre la mesa tantos trozos de papel, de pequeñas dimensiones, como relatos o piezas tiene el juego; impresos en una cara y vueltos, ocultando su información. Conforme avanza el juego, al consumir cada relato, la autora permite al participante implicado elegir un trozo de papel de la mesa, voltearlo, y asumir en voz alta su lectura y enseñanzas, para comprobar que coinciden con la temática del juego. Y si así es…Prueba superada, y cambio de turno. El amor, motor de nuestras vidas, es la esencia que impregna el texto en Luz, donde su protagonista “Dulce”, movida por el ansia de reencontrarse con su origen, reúne todos sus átomos, materializando su figura junto a la idolatrada y desconocida de su padre; llenando esa falta de amor que la consumió hasta hacerla desaparecer. “Fuerza de amor” podría ser el nombre del licor que Esther Chinarro nos da a tomar a tragos, entre amargos y dulces, con la lectura de su obra. ¡Qué error tan grande, casi un pecado, entregarle nuestros sueños al destino, para que él los desbarate a su antojo! ¡Ojo!, que puede limitarte, junto con tu vida, a una pequeña charca sucia, cuando podrías ser un precioso lago. “La vida”, que fluye con el tiempo, es la fuerza que hemos de usar para revelarnos contra el destino, si éste no se muestra favorable. Agárrate a tu Esperanza, para no caer, o en caso, salir del fango, nos aconseja Esther Chinarro. Como un terreno, estructurado a capas, así es nuestra identidad. Tres sustratos de vida la componen: Un pasado disfrutado, un presente en curso, y un futuro por venir. Los tres han de ser perceptibles y recurribles al individuo, puesto que juntos conforman su preciosa identidad. Y de eso nos habla Esther en Olvido. Al pronto, Esther Chinarro nos alcanza un espejo, y nos pide que nos miremos en él, invitándonos a hacer un examen de conciencia. Arroja a la basura tu soberbia, tu prepotencia, tu banalidad, tu intransigencia; y deshazte de tu fealdad. Nos aconseja el espejo. Despréndele la cáscara mundana a tu ser y contempla su belleza. Linda sabe mucho de todo ello, porque Esther Chinarro hace que lo experimente en su cuento. Una preciosa alegoría a la sociabilidad del ser humano es Soledad, encarnando la historia de un personaje inmunodeficiente, obligado a aislarse por completo; sufrimiento que es comparable a la soledad experimentada por las personas que se repliegan en sí mismas, por miedo a darse a los demás, a compartir. “Permanecía oculta entre sus creadores, entre la tierra y el sol”. Luna La persecución y el alcance de objetivos conduce a la felicidad y a la paz. Muchos obstáculos habremos de salvar para apreciar la Victoria. Nuestra fuerza interior es ilimitada. Confía en tu luz y vencerás Dicen los estudiosos de la verdad… -Apoya Esther Chinarro-. La defensa que su autora hace en este texto de la individualidad, pasa por la aceptación y el reconocimiento de las cualidades personales que la diferencian, embellecen; y endulzan…A quienes las saben apreciar. Y así, según comienza, con Dulce, da por finalizado Esther Chinarro este libro de relatos, que de ser librero yo, colocaría en el estante “Cuentos para jóvenes “ Y para bordar esta reseña, desde mi admiración y su merecimiento, procedo a aplicarle los colores con que su autora lo creó: sentimiento y magia. Y a adornarlo con las mismas flores con que ella lo ornó: Una casa, un bosque, un lienzo, una habitación de hospital, un cuerpo, un astro…Ah!, y una riquísima y dulce magdalena. Autora de la reseña: Josefina Llorente @josefinalj Haz clic aquí para editar.
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